Además de creer en la teoría humoral
de la medicina, los americanos sospechaban del financiamiento
gubernamental para muchas actividades, incluyendo la investigación
médica, debido a que creían que si el gobierno financiaba la
investigación, podrían controlar lo hecho por la investigación. Los
científicos estaban en contra del financiamiento gubernamental por
esta razón. Los americanos también sostuvieron que las personas que
aceptaban financiamiento del gobierno, perdían la iniciativa
individual y no lo harían bien. Ambos de estos argumentos han
permanecido como características en el discurso político americano.